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Foto del escritorMundo Rural TV

Una mujer portuguesa, la primera en hablar del Tesoro de Aliseda


LA LEYENDA NO HA TRANSCENDIDO EN PORTUGAL, CUYOS TURISTAS LLEGAN HASTA LA LOCALIDAD CACEREÑA SIN CONOCERLA


Una de las alhajas más empleadas a lo largo de la historia ha sido el par de pendientes. Como por una norma social no escrita, pocas niñas no los llevan nada más nacer. También el anillo, símbolo de compromiso y fidelidad al matrimonio con un varón. Y así un largo etcétera ha atribuido históricamente las joyas al sexo femenino, y el Tesoro de Aliseda a una dama. Una fortuna de la que, casualmente, habló por primera vez una mujer.


Antes de su hallazgo, una portuguesa ya fantaseaba con el tesoro que ha guardado durante casi tres mil años las tierras de esta localidad cacereña. “Ella soñaba con un pueblo que se llamaba Aliseda, donde había algo enterrado”, relata Mario Muñoz, técnico de turismo de la oficina municipal. El joven cuenta que a raíz de estas divagaciones oníricas, su marido indagó y encontró esta localidad, hasta donde se personó para buscar algo. Sin pautas ni indicaciones. En sus sueños no se veía dónde ni qué. “Buscó en varios sitios pero no tuvo éxito y, casualidad, que con el paso del tiempo unos hermanos sí que lo descubrieron”, cuenta. “Pero para entonces, tanto la mujer como su marido, ya habían fallecido”.


Esta leyenda, transmitida hasta la actualidad a través de la tradición oral y plasmada en el libro El tiempo del tesoro de Aliseda, de Tagus (Asociación para el Desarrollo Integral Tajo-Salor-Almonte), parece ser que no ha transcendido en el país vecino. Que en Portugal no ha calado que la primera en abarruntar uno de los conjuntos más valioso que guarda el Museo Arqueológico de Madrid portase la nacionalidad portuguesa. Y es que, a pesar de localizarse a unos 70 km de la frontera, Muñoz reconoce que los turistas lusos que llegan hasta aquí no lo hacen para conocer el Tesoro y sus historias. “Es una visita más bien de paso.” - explica - “Vienen por la zona para visitar otros recursos que tenemos, como la mina, y después la complementan con el Tesoro. No llegan hasta aquí porque vengan exclusivamente a verlo”.



La fiebre del oro

Pero ésta no es la única leyenda que gira en torno al Tesoro de Aliseda. El hecho de que estuviese formado por joyas atribuidas históricamente a la mujer -véase una sortija o un par de pendientes- llevó a considerar que se trataba del ajuar de una dama. “Y que cerca tendría que estar el tesoro del caballero”, anota el técnico en alusión a las diversas creencias populares formuladas en el municipio.


Muchos fueron los que se atrevieron a arremangarse y tirar de pico y palo. Otros tanto, de detectores de metales. Pero nadie se paró a pensar que “el propio conjunto de joyas que apareció incluye dos joyas que son exclusivamente de hombre”, como son el cinturón y un torque.


Muñoz está convencido de que se trata de ocurrencias populares ante la fiebre del oro que despertó el descubrimiento. “También se comentaba que la jarra de vidrio que apareció guarda dentro un papel que decía ‘seguís buscando, que hay más’ o algo así”, asegura. “Algo que es impensable”, tal y como asevera el chico, “primero, porque el papel no se iba a conservar, y segundo, porque en qué idioma estaría eso escrito”, comenta chistoso. “En castellano desde luego que no”.





El misterio del tesoro

Unas ocurrencias populares que, sin quererlo, han maltratado la historia de este tesoro. La predisposición de la ciudadanía a encontrar nuevos hallazgos llevó a recorrer una y otra vez la zona donde hoy se asienta la guardería municipal. Y con ello, a patear los posibles restos arqueológicos que vertieran pistas sobre sus propietarios. “Un año después, en 1921, llevaron a cabo una excavación arqueológica y hallaron restos de semillas carbonizadas y la presencia de un muro”, algo que llevó a pensar en la posibilidad de que existiera una casa junto al lugar del enterramiento.


“Lo malo es que no se puede asegurar por qué se enterró, qué llevo a ello”, lamenta el hombre. Saben que no podrán saber más que se trata de valiosas y elaboradas joyas con 2.800 años de historia y secretos. Y que son unos afortunados gracias al hallazgo de dos hermanos tejeros que, mediante la deidad competente, encontraron durante una jornada de trabajo la bandera que ha llevado el nombre de Aliseda por todo el mundo.

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